Nos enamoramos sin darnos cuenta. De pronto sientes taquicardia, la presión te aumenta, la piel se enrojece. Según el doctor en Ciencias Químicas de la Universidad de Buenos Aires, Juan Carlos Calvo , existe la química del amor. “Si estamos excitados o deprimidos, contentos o amargados, expresamos internamente esas situaciones con cambios en las concentraciones de determinadas sustancias, muchas de las cuales se sintetizan o actúan sobre el sistema nervioso. Hoy sabemos que existe una interconexión impresionante entre todos estos sistemas y nuestra psiquis”, explicó para el diario “La Nación” de Argentina.
“En el ‘flechazo’ se activan mecanismos como la serotonina y la dopamina, que están asociados con el placer. Y, al mismo tiempo, se desactivan los mecanismos de defensa que dejan a la persona ‘con la guardia baja’, dijo Agustín Ibáñez, director del Laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias (Ineco).
AMOR FÍSICO
“Además se producen altos niveles de oxitocina y vasopresina, dos hormonas que cumplen un papel crucial en la consolidación del vínculo amoroso. Existen, también, ciertos inductores del flechazo asociados con vectores universales, como el atractivo físico, la fijación de la mirada, la simetría facial y la relación cintura-cadera, que son captados por nuestros sentidos, especialmente por la vista”, sostuvo Ibáñez.
“Son características asociadas con la reproducción”, describe Calvo, para quien definitivamente existe “el amor a primera vista”. “Parecería que una relación cintura/cadera de 0,7 es la medida ideal para que el hombre se sienta atraído por una mujer. Proporciones en la cara, relacionando distribución y tamaño entre los ojos, la nariz y la boca, también expresarían números ‘mágicos’ que enamoran”, agregó Calvo.
LOCURA TOTAL
No son pocos los que asocian el enamoramiento con “un estado de demencia temporal”: la euforia despertada por la química corporal hace que muchas veces se confunda amor con locura. Es lo que opina la psicóloga Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad, que afirma que durante el flechazo “hay altos niveles de impulsividad y pensamiento obsesivo en el ser amado que hace que el enamoramiento se asocie con un estado de aparente locura”.
Esa obsesión provoca altos niveles de ansiedad, “por eso el enamoramiento es compatible con ciertas características del trastorno por ansiedad generalizada y ciertas otras características del trastorno obsesivo-compulsivo”, explica Martínez Castro.
“Hasta la gente más brillante pierde la compostura cuando está enamorada, porque se activan las zonas del cerebro que controlan emociones, como el tálamo, el hipotálamo y el hipocampo”, asegura.
TODO TIENE SU FINAL
Enamorarse trae asociados síntomas físicos como taquicardia, insomnio y falta de apetito, entre otros. Por eso es imposible sostener esta situación en el tiempo. Según todo parece indicar, el estado de embriaguez no dura para siempre, sino que tiene fecha de vencimiento, lo que no necesariamente supone el fin de la pareja.
“El enamoramiento se termina a los seis u ocho meses de haberse conocido, ya que el organismo no puede sostener fisiológicamente ese estado por más tiempo. Pero las parejas continúan juntas porque surge el amor profundo, que no se basa solamente en la atracción física, sino en rasgos y características personales que van más allá. Esto ya no se denomina enamoramiento, sino verdadero amor basado en la elección adulta”, concluye Martínez Castro.