JOSÉ RAMOS CASAZOLA
Panem et circenses» («Pan y circo») (literalmente, «pan y juegos del circo») es una locución latina que describe la práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas.
La frase fue creada en el siglo I por el poeta romano Juvenal y se encuentra en su Sátira X (81). En su origen describía la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo y entradas para los juegos circenses (carreras de carretas y otros) como forma de mantener al pueblo distraído de la política.
La frase viene a colación, como consecuencia de la ultima semana de Huaral, donde hemos asistido a una programación de muy baja calidad, hasta el extremo de tener al Mero Loco, como invitado especial de la feria gastronómica, realizada el día Viernes 28 en nuestra tradicional Plaza de Armas, el solo hecho de tener a tan pintoresco personaje como invitado especial, demuestra la pobreza intelectual y cultural de nuestras autoridades.
Durante estos últimos días, se han desarrollado dos ferias, cada una compitiendo con la otra, en quien aliena más a la población, quien trae a más personajes de esa farándula huachafa y bataclana, para tener estupidizada a la ciudadanía. Todas las actividades realizadas por la comuna de Huaral, con dos cervezas gigantes a cada costado, demuestra el nivel de nuestras autoridades, pero también nos desnuda el nivel de los colegios, asimismo el de la población, no puede ser, que asistamos impávidos a un espectáculo tan bochornoso cada día en la plaza de Armas, con dos cervezas cristal gigante, sin ningún respeto por quienes trabajan en el centro de Huaral, por las oficinas, por la gobernación, por la Iglesia, es decir todo un desmadre, en nombre de una actividad huachafa, inculta donde todo se hace de una forma mediocre, vulgar y prosaica, donde no se respeta el horario, las formalidades, la limpieza, la disciplina, y sin embargo, asistimos adormecidos, a ese gran cambalache, en que han convertido a nuestra histórica semana de Huaral.
El señor alcalde Jaime Uribe, ha convertido su gobierno, al gran estilo de los tiempos romanos de Juvenal, en un gobierno de Pan y Circo; con un populismo desmedido, trajo a Dina Paucar, para entregar títulos de propiedad y los pobres pobladores estuvieron largas horas esperando, como si hubiera necesidad de hacer tanta alharaca, por unos cuantos títulos, entregados en zonas donde COFOPRI, no tiene ningún problema, ¿Por que no entrega títulos en Huacho Chico, Peralvillo, la Huaca o Jesús del valle?, ¿por que solamente se han limitado,(gastándose más de un millón), a titular zonas donde no existen problemas?.
Mientras Uribe nos da pan y circo, la Huaquilla se muere de sed, llena de tierra, con sus pistas destruidas, el Palmo languidece con un camal vetusto, y sus pistas destrozadas, Morales Bermúdez, parece un pueblo Joven, La Plaza Centenario llena de tierra y descuidada, las calles del centro de Huaral, abandonadas por doquier, ni siquiera se salvan sus propias obras, ya que los pinos de la Av. Solar tienen que se cambiados cada mes o cuando hay una actividad,, por que se mueren por descuido; Emapa es un monumento a la corrupción y el caos generalizado, Uribe no tiene autoridad sobre dicha institución, ya que según versiones de los trabajadores, la ha dejado en manos de su consorte y no se puede hacer nada. Alguien dijo que Huaral es “tierra de nadie”, “Huaral es un gran pueblo joven”, yo digo, Huaral está mal por que los huaralinos, hemos renunciados a la capacidad de indignarnos, frente a tanto atropello por parte de gente, que no es huaralina y ni siquiera viven en Huaral, y hemos permitido con nuestro silencio cómplice, que se levanten todo lo que puedan y después desaparezcan, como lo han hecho ( la lista es larga) Cavero, Mayhua, Corzo, Balarezo, Madrid Chumacero, todos procesados penalmente por corrupción, defendidos a capa y espada por el Dr. Uribe en su momento, lo cual prueba, que todo se hacía con su bendición, pero como no hay mal que dure cien años, esperamos pacientemente que Dios se acuerde de los huaralinos y nos libre para siempre de este abominable gobierno.