Los investigadores que se dedican a buscar vida inteligente en el Instituto SETI rastrean señales de radio en las que ellos piensan que son frecuencias universalmente especiales, como aquellas asociadas con hidrógeno.
El hidrógeno es el elemento más abundante en el Universo, y la longitud de onda de radio asociada con el hidrógeno neutro podría ser considerada por todas las sociedades con tecnología como una longitud de onda fundamental de la naturaleza.
Por ello podría ser una opción natural para quienes están enviando señales. Pero hay otro tipo de señales que podrían ser más fáciles de detectar.
Si los extraterrestres han inspeccionado telescópicamente nuestro planeta, no les quedaría difícil concluir que al menos algunos de los habitantes de la Tierra tienen ojos.
En un planeta iluminado por la luz del Sol, y con muchos gases atmosféricos transparentes, el sentido de la vista es obviamente útil.
En la Tierra, se calcula que los ojos han evolucionado independientemente 40 veces.
Nuestros modelos teóricos de cómo brillan las estrellas indican que, durante su vida normal, la mayor parte de su energía alcanza su punto máximo en el espectro de la luz visible.
Así que si hay vida en otros planetas, es posible que ellos también tengan ojos.
Teniendo esto en cuenta, una cultura alienígena en una estrella cercana podría apuntarle a la Tierra con un rayo láser, utilizando una tecnología no mucho más avanzada que la nuestra.
Se podrían mandar señales con destellos largos y cortos, pero el emisor de los rayos probaría la existencia de vida extraterrestre, y de que nos han detectado.
Nuestras señales de radio, además, están viajando por la galaxia. Quizás en pocas décadas llegue una respuesta en la forma de una nueva chispa de luz en el firmamento, fácilmente visible por todos en el planeta.
¿Por qué los láser verdes son más poderosos que los rojos?
Los más comunes encuentros con esos rayos en la actualidad son con los punteros o plumas de láser. Los primeros eran rojos pero después se empezaron a conseguir en otros colores, entre ellos verde.
La sensibilidad de nuestros ojos llega a su punto máximo a más o menos la longitud de onda de la luz verde.
Es por eso que si uno tiene una pluma de láser roja y otra verde igual de poderosas -1mW-, la verde parecerá unas 30 veces más brillante.
La luz verde además se dispersa más en la atmósfera que la roja, lo que explica que los astrónomos aficionados a menudo usan ese color para señalar planetas o constelaciones en el cielo nocturno.
Esa característica implica que los rayos sean visibles a largas distancias, pero también da la equivocada impresión de que los láser verdes son mucho más poderosos que los rojos.
¿Se acostumbra el cerebro a la tercera dimensión de las películas en 3D?
No importa si la imagen 3D es generada usando filtros polarizados, gafas con obturador activo o un lente lenticular sobre cada pixel, el efecto funciona enviando imágenes diferentes al ojo izquierdo que al derecho.
Eso no es algo que se pueda sencillamente ignorar pues esa es la misma manera en la que formamos una imagen de tres dimensiones del mundo real.
No obstante, a menos de que la película tenga una cabalgata incesante de objetos y personas saltando de la pantalla, es posible que uno deje de prestarle tanta atención tras una media hora.
Pero eso depende más de cuán absorbentes sean la historia y los personajes.
Cuando uno ve «Casablanca», es muy fácil olvidar que es en blanco y negro.
¿Es cierto que cuando cae un rayo en la arena puede producir vidrio?
Sí, cuando un rayo cae en arena de cuarzo o sílice, la temperatura puede fácilmente alcanzar los 1.800ºC y derretir los granos.
Estos se fusionan en tubos que penetran la tierra se extienden por varios metros, siguiendo el camino del rayo.
Esos tubos se llaman fulguritas. Su superficie es áspera pues se les pegan granos de arena pero adentro son lisas y vidriosas.
bbc