Ayer entre lágrimas de dolor y pidiendo justicia, familiares y amigos despidieron a Luisa Alberta Mendoza Luna de 54 años de edad, víctima del cobarde atentado que sufriera a manos de delincuentes.
Antes de que sus restos fueran trasladados a Irrigación Santa Rosa, para su entierro, en su centro de trabajo donde se desempeñaba como comerciante de frutas en el establecimiento García Alonso, sus compañeros en horas de la mañana, le ofrecieron una misa, colocando arreglos florales en su stand, donde por última vez la vieron.
Posteriormente familiares consternados por la sensible pérdida, cargado en hombros el ataúd, se dirigieron hacia el local policial, ubicado en el centro de la ciudad, donde como forma de protesta arrojaron monedas al suelo, cerca al frontis de la delegación policial, exigiendo justicia y que el cobarde crimen no quede impune.
Sin embargo el coronel Henry Acosta Díaz jefe de la división policial de Huaral, informó que el deceso se produjo de manera instantánea, donde los delincuentes le cegaron la vida a la infortunada de un certero impacto de bala, ocasionado a la altura del cráneo.
Se ha establecido que el móvil del crimen habría sido una importante suma de dinero que llevada consigo la infortunada, producto de la venta del día, lo que provocó que los asesinos arremetieran con todo con el único propósito de sustraerle el dinero.
En tanto el chofer Eficles Pinedo de 24 años de edad, quien resultó herido de gravedad, presenta un impacto de bala en la parte frontal de la cabeza, fue trasladado hacia un nosocomio de la ciudad de Lima, siendo su estado de salud de pronóstico reservado.
