En la sesión de Concejo realizada ayer, los regidores del Concejo Provincial de Huaral, demostraron, una vez más, que están a espaldas no solo de la opinión del pueblo sino también de sus necesidades.
Eso lo demostraron cuando un grupo de ellos se opuso y otro se abstuvo e impidió que se aprobara la Ordenanza que regulaba el tránsito de los moto taxis por el centro de la ciudad.
Primaron los intereses particulares y electorales dejando de lado, sin ningún remordimiento, la voluntad del pueblo de tener una ciudad ordenada.
Cinco votos a favor, tres en contra y tres abstenciones sellaron la suerte de la propuesta de liberar el corazón de la ciudad de Huaral, hoy sitiada por cientos de moto taxis.
Y, para redondear el día diez votos en contra (increíble ¿verdad?) y con el solo voto a favor de quien la propuso, decidieron dejar en compás de espera el reclamo para la devolución del terrero donado al Poder Judicial, por haberse vencido los plazos de construcción, que los obliga a la devolución de la donación.
Pero quienes aprobaron tremendo estropicio, muy cándidamente ahora, dicen, que debe hacerse por la vía administrativa, cosa que se puede hacer, solo que, a ellos les corresponde enmendar la barrabasada de regalar lo que por derecho le corresponde a la juventud de Huaral.
Hoy Huaral perdió, es cierto, por culpa de sus regidores, pero no todo ha sido negativo, ahora ya sabe que en los regidores no puede confiar, porque sobreponen sus interese particulares y dejando de lado los del pueblo y, todo ello, sin ningún rubor.