Por recomendarle a sus alumnas que leyeran el libro Sin Tetas no hay Paraíso, Angélica Peña, una profesora colombiana de un colegio católico y privado de la ciudad de Palmira, fue expulsada el 14 de julio del año 2006.
Un poco confundida por su situación el seis de octubre salió en un vuelo rumbo a España, en donde pidió asiló político una vez se bajo del avión en el aeropuerto de Barajas en Madrid.
Debido a su estatus, no pudo trabajar durante seis meses, luego viajo a Castelldefels, uno de los pueblos más costosos y fiesteros de Barcelona, donde trabaja como camarera en un hotel club, paradójicamente un sitio de prostitutas en donde hay muchas colombianas.
Para Angélica la historia del libro la esta viviendo en carne propia ya que antes el libro le mostró una realidad de muchas mujeres, ahora con su trabajo tiene contacto directo ellas y aprendió a no criticar ya que la vida que llevan no es fácil y muchas veces ha tenido que cuidarlas cuando están enfermas y escucharlas cuando están deprimidas.
El principal objetivo de esta mujer es que le definan su situación y poder homologar su carrera para buscar un empleo de profesora. Por ahora prefiere seguir alejada de los colombianos ya que muchos andan, según ella, en negocios raros y no quiere que esto le afecte en el momento en que el gobierno decida darle el asilo.
Por ahora seguirá trabajando al lado de las prostitutas, ayudándolas y aprendiendo más sobre este mundo, ya sabe que un chocolate es un cigarrillo de marihuana, que una raya es cocaína y que consumen estas mujeres para mantenerse activas y dispuestas para los hombres que llegan a buscarlas.
Fuente: Caracol.com.co