Y es que la garra muchas veces detesta ser cómplice de la medianía, de la mediocridad. Y se enferma. Se atosiga de tanto «empujoncito», de arrojar «salvavidas» sin un «gracias» de por medio.
¿Entendió? La explicación es muy simple de asimilar: la «U» tendrá que innovar su pretérito libreto si ambiciona cruzar fronteras. Saber que «goles son amores y no buenas razones»; aceptar que si «Malingas» patina hasta cuando cae en el off-side, tendría que calentar algún rinconcito de la banca y sin culpar a su raquítica fortuna; quizá reconocer también que Donny Neyra necesita de un compinche para no terminar con la lengua enroscada en el ombligo. Porque hasta Riquelme tiene su «pata de palo».
¿Qué más? Diría que la «U» tendría que «jerarquizar» su equipo. Okey, para tener «nombres» se requiere de chequeras de verdad y no de Monopolio. Repase los apellidos que forman la defensa, al menos los de ayer: Duarte, Araujo, Balta. Claro, faltó el «Negro» Galván. Pero bueno, Gareca debería enseñarle, por ejemplo, al ex «jotita» que la «malicia» es un recurso válido en el fútbol. De lo contrario, el papelón que hizo «acompañando» a Pedro García podría repetirse con Montaño o con el «Zorrito» Aguirre.
Clásico es empatar
Tras el gol del «Vagón» Hurtado, a los 5′, luego de un latigazo de Neyra y que forzó el rebote de Leao Butrón, la «U» cayó en un laberinto que la San Martín supo aprovechar con el vértigo impuesto por García y la entereza de un mediocampo que trabaja casi de memoria. A los 16′, John Hinostroza «dibujó» tremenda pinturita, entre enclenques piernas, para habilitar a Pedro García. Que Néstor Duarte cuente el gol. 1-1, final de la historia. La «U» «arañó» la cima del Apertura. Pero cayó de bruces.
Fuente: Diaro Libero
